Por tercer año consecutivo, el alcalde de Miami, Francis Suárez, participa en una cumbre comercial respaldada por el régimen saudita que está vinculada a una investigación del Congreso que lleva años en marcha sobre cómo Arabia Saudita ha comprado su entrada en instituciones populares de Estados Unidos para remodelar la narrativa pública en Estados Unidos y desviar la atención de los abusos de los derechos humanos en ese país.