Aunque no hay muchos detalles del ambicioso plan de deportaciones anunciado por Donald Trump, el presidente electo ha dejado claro que empezará por expulsar del país a los migrantes indocumentados que hayan sido condenados por algún delito y aquellos que ya tengan orden de deportación. Lo que no es tan evidente es a quienes se refiere. Durante su campaña electoral, el magnate se apoyó en algunos datos para difundir la idea de que la Administración de Joe Biden abrió las puertas a los delincuentes, que llegaban a Estados Unidos desde cárceles de otros países, justificando así sus promesas de expulsarlos a todos. En varias ocasiones, Trump reiteró que hay 13.000 asesinos indocumentados sueltos vagando por el país. La realidad, sin embargo, es otra.