Ruidos metálicos salen de un enorme búnker en el corazón de Los Ángeles. En su interior están las decenas de indocumentados que han sido arrestados en las redadas migratorias que la Administración de Donald Trump lleva a cabo en lugares de trabajo, juzgados y calles de la metrópolis. Los reclusos golpean con objetos las paredes y barrotes de sus celdas. Así muestran su solidaridad con la muchedumbre que lleva tres días reuniéndose al pie del edificio para repudiar la política migratoria del presidente. En Los Ángeles todo el mundo quiere levantar la voz ante lo que está ocurriendo.