La Audiencia Nacional comenzó este lunes 3 de febrero el juicio contra al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, acusado de delitos de agresión sexual y coacciones a Jenni Hermoso en relación al beso que la dio tras la final del Mundial de 2023 y que ella asegura que no consintió.
Durante la declaración de Hermoso, la futbolista española explicó que se sintió violentada y «poco respetada» al recibir el beso en la boca del expresidente de la RFEF Luis Rubiales tras ganar el Mundial y aseguró que no escuchó que le pidiese «un piquito», como él asegura, pero si lo hubiese oído tampoco habría consentido.
«No lo aprobé», dijo tajantemente la internacional y jugadora de Tigres de la UANL, de México, en la primera sesión del juicio contra Rubiales y tres exaltos cargos de la Federación por el beso no consentido que le dio el expresidente de la RFEF.
La jugadora insistió en que aquel beso que Rubiales le dio tras proclamarse con la selección española campeona de la final del Mundial de Sídney (Australia), el 20 de agosto de 2023, cambió su vida «desde el primer momento» y no le dejó disfrutar del triunfo como habría querido. Aseguró que desde entonces su vida parece que se quedó en «stand by«.
«Sabía que me estaba besando mi jefe y esto no ocurre ni debe ocurrir en ningún ámbito laboral o social», denunció Jenni Hermoso. Confesó que se siente aliviada de vivir en México, por la presión mediática que vivió tras aquel episodio, al llegar a Madrid, donde le seguían medios «24 horas».
La jugadora sostuvo que desde el primer momento quiso denunciar estos hechos, incluso antes de personarse en la Fiscalía, y negó sentirse coaccionada para ello.
Ni accedió ni tuvo «capacidad de reacción»
En repetidas ocasiones Jenni Hermoso insistió en que ni consintió, ni aprobó aquel beso. Relató las presiones que sufrió ella y su familia por parte de los otros tres acusados: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera.
La jugadora comentó que, durante el saludo a las autoridades tras la victoria del Mundial, después de saludar a la reina y a la infanta Sofía, llegó hasta Rubiales y se abrazaron. «La que hemos liado», dijo ella; y él pegó un brinco que provocó que pusiese sus piernas «casi en mi cintura» a la vez que le decía «sin ti no lo hubiéramos conseguido».
«Lo siguiente fueron sus manos en mis orejas y lo siguiente es el beso. Me sentí poco respetada. Fue un momento que manchó uno de los días más felices de mi vida y en ningún momento busqué ese acto ni lo esperé», expresó. Pese a ello, Hermoso aclaró que para ella era «súper importante» celebrar ese triunfo.
Las presiones para justificar a Rubiales
Tras relatar el episodio del beso, Jenni Hermoso detalló las presiones que sufrió desde que accedió al vestuario tras el partido, en el avión de vuelta a España y durante el viaje a Ibiza del que disfrutaron algunas jugadoras.
Aseguró que incontables veces le pidieron hacer un comunicado o un vídeo con Rubiales tratando de justificar su comportamiento, incluido el propio expresidente, que en la escala en Doha se lo solicitó por sus «hijas» e, incluso, le llegó a decir algo que ha confesado la jugadora que le dolió: «A ti y a mi nos gusta lo mismo».
Tras intentarlo Rubiales, según Jenni Hermoso, su entonces entrenador, Jorge Vilda, intentó convencerla a ella e, incluso, a su hermano, y llegó a sugerir que se la «compensaría»; y ya en Ibiza, lo hicieron Rubén Rivera y Albert Luque, quien no sabía porqué viajó a la isla.
«Fueron bastante insistentes (…) No pude disfrutar lo que es ser campeona del mundo», lamentó.
Otros detalles del juicio
Rubiales, quien se enfrenta a una petición de dos años y medio de prisión, llegó en taxi a la sede judicial con más de 45 minutos de antelación, acompañado de su abogada, Olga Tubau.
Apenas 10 minutos después lo hizo Jenni Hermoso, luego de llegar desde México, donde juega en el CF Pachuca. La futbolista, que debe declarar como testigo, coincidió brevemente con Rubiales en el vestíbulo de la Audiencia Nacional hasta que fue llevada a una sala en la que esperará su turno de comparecencia.
El exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque y el exentrenador de la femenina Jorge Vilda llegaron juntos en el mismo automóvil poco después y este último manifestó a los medios que defenderá su inocencia.
Ante la pregunta de si hubo coacciones a Jenni Hermoso para que justificara el beso de Rubiales, Vilda ha indicado: «Eso lo decidirá el juez».
El último en llegar fue el antiguo responsable de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, quien, como los dos anteriores, está acusado de coaccionar a la jugadora y a su familia.
Los hechos
Los hechos sucedieron el 20 de agosto de 2023, en el Estadio de Nueva Gales del Sur (Australia). Tras la victoria de la selección femenina del Mundial, cuando Jenni Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del entonces presidente de la Federación, éste la besó en los labios sin su consentimiento, subraya la Fiscalía en su escrito de conclusiones.
La Fiscalía destaca que la conducta de Rubiales fue «sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación» de la internacional e incide en la «situación de hostigamiento» a la que se la sometió después para que «justificara y aprobara» el beso.
Una situación de la que también responsabiliza a los otros tres acusados, «personas de confianza» de Rubiales, cuya «privilegiada situación en la RFEF» dependía de la «suerte» que éste corriera, y a quienes acusa de presionar también a familiares de la jugadora para que la convencieran de afirmar que el beso fue consentido.
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