Oksana Markarova se tapaba la cara con una mano mientras movía la cabeza en señal de desesperación. Esta imagen de la embajadora de Ucrania en Estados Unidos se ha convertido en el símbolo en los medios ucranios de cómo ha recibido el país invadido por Rusia lo sucedido este viernes en la Casa Blanca. Había esperanza en que el acuerdo apalabrado el día antes para la explotación de minerales ucranios entre los dos países sirviera para revertir la inquina de Donald Trump contra Volodímir Zelenski. Pero ha ocurrido lo contrario.