La frase se convirtió en emblema y símbolo de una época en Argentina: “No queremos tener relaciones platónicas [con Estados Unidos]: queremos tener relaciones carnales y abyectas”. La pronunció en 1991 el entonces canciller Guido Di Tella y sintetizó el alineamiento total del Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) con la potencia norteamericana. Tres décadas después, el presidente ultraderechista Javier Milei apuesta a retomar aquella intimidad con EE UU, siguiendo los pasos de quien considera “el mejor presidente argentino de los últimos 40 años” y entusiasmado con su afinidad ideológica con Donald Trump, el mandatario electo en Estados Unidos. Pero los analistas coinciden en advertir que el contexto geopolítico es muy diferente al de fines del siglo XX y que Argentina corre el riesgo de enemistarse con sus principales socios comerciales.