Luiz Inácio Lula da Silva es un político de grandes ideas expresadas con palabras sencillas. De repartir abrazos. De los que agarra la mano de su interlocutor, sea pobre, rico, poderoso o un desposeído. Huye de la letra pequeña y de los tecnicismos supervisados por una legión de abogados que caracterizan un acuerdo como el de la Unión Europea y Mercosur. Un parto largo y difícil que ha requerido poner de acuerdo a los representantes de 31 países. El Brasil de Lula, junto a la Alemania de Scholz y la España de Sánchez, han sido las principales parteras del pacto, anunciado este viernes en Montevideo. Con este tanto que se anota en política exterior, Lula puede presumir de dos grandes victorias políticas en solo 48 horas.