El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concibe su propuesta para que su país tome el control de la franja de Gaza y los residentes palestinos sean trasladados a otros países como “una transacción inmobiliaria”, según la ha descrito él mismo este viernes al comienzo de una reunión en la Casa Blanca con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba. Washington, según esa visión, desempeñaría el papel de “un inversor en esa parte del mundo” y no necesitaría desplegar tropas sobre el terreno: de la seguridad y del suministro de cuanto fuera necesario se encargaría Israel.