Los incendios de Los Ángeles han provocado también una crisis política. Los bomberos están a punto de cumplir una semana luchando contra los focos del fuego activos al oeste y el este de la ciudad, que ya han dejado 24 muertos y al menos 23 desaparecidos. Las autoridades locales han dejado entrever que para salir de la emergencia necesitarán de la ayuda de Donald Trump, el presidente electo y enemigo declarado de California, el gran bastión progresista de Estados Unidos. El presidente electo llegará a la Casa Blanca el lunes próximo, 20 de enero. Desde allí tendrá que guiar los esfuerzos federales para la reconstrucción.