“Realmente no sé lo que ha dicho al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que ha dicho”. Ese dardo de Donald Trump dio en el blanco de un Joe Biden que se mostró en el debate dubitativo, tartamudeante, con la voz tomada y hasta sufrió algún lapsus en que pareció quedarse en blanco. Si el presidente trataba de demostrar que sus 81 años no deberían preocupar a los votantes, fracasó en el intento. Los dos candidatos se enzarzaron en duros ataques personales, pero Trump aguantó educadamente cada vez su turno de palabra y fue Biden el que se lanzó a insultar, llamando a Trump “idiota y perdedor”. Aunque el expresidente recurrió una y otra vez a bulos de todo tipo, colocó sus mensajes de forma aparentemente más eficaz. Ganó por goleada en las formas, con lo que el fondo de los argumentos pasó a un segundo plano.