Si todo va bien, en la rueda de prensa de este jueves, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 81 años, podrá demostrar que es capaz de dar una rueda de prensa. Lo que no parece tan fácil es que contestar durante un rato a preguntas de periodistas sin leer las respuestas en una pantalla sirva para convencer a los ciudadanos estadounidenses de que está en forma para afrontar un hipotético segundo mandato de cuatro años como presidente. Sin embargo, ha sido la propia campaña de Biden la que ha presentado la ocasión como un momento trascendental. El riesgo, por supuesto, es que esa especie de examen de capacidad cognitiva televisado en directo salga mal. En ese caso, las presiones para retirarse serían insoportables.