X, el antiguo Twitter, tiene las horas contadas en Brasil, que con 210 millones de habitantes es uno de sus mayores mercados en el mundo. El juez más famoso y poderoso de Brasil, Alexandre de Moraes, símbolo de la defensa de la democracia y cruzado contra la desinformación, ha ordenado este viernes que la actividad de la popular red social sea inmediatamente suspendida ante el “reiterado incumplimiento de órdenes judiciales”, según la decisión judicial. La contundente medida del magistrado del Tribunal Supremo supone la culminación del pulso público y legal que mantiene desde hace meses con Elon Musk, propietario de X y uno de los hombres más ricos del mundo. El empresario se niega a bloquear seis perfiles de usuarios de la órbita del bolsonarismo con el argumento de que el juez pretende es “un dictador” que pretende censurarlos.