Todo lo que se daba por hecho en Chiva ya no está. Los vecinos del municipio que registró el récord de lluvias durante la dana no pueden llamarse por teléfono. No tienen cómo localizar a sus desaparecidos ni cómo escuchar la radio. No saben a ciencia cierta qué está pasando en su pueblo, mucho menos en los de alrededor. Saben lo que les llega por el boca a boca. Los que mantienen sus casas no pueden tirar de la cadena, ni ducharse. Falta comida y agua potable. Desde el martes, cuando el temporal arrojó 420 litros por metro cuadrado en la zona, estos casi 17.000 vecinos están sin agua corriente, sin luz, sin señal telefónica y mucho menos internet. Mandar un WhatsApp es ahora el lujo de un pueblo arrasado en el que han muerto al menos diez personas. Aunque serán más porque hay muchos desaparecidos. “Posiblemente lleguemos a la centena por los cientos y cientos de coches caídos a lo largo del término municipal. Esperamos tener bastantes víctimas. Cada vez que se mete un perro o la pala en el fango, aparecen cuerpos”, ha afirmado la alcaldesa, Amparo Fort, a la agencia Efe.