La firma de un acuerdo de “asistencia mutua en caso de agresión externa” entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, esta semana ha causado consternación en Washington. El pacto consolida un alineamiento cada vez más intenso de Rusia con sus vecinos autoritarios en Asia ―Corea del Norte y China― que alarma desde hace tiempo a Estados Unidos y sus aliados en Europa y Asia. El apoyo de Pekín y Pyongyang al esfuerzo bélico de Moscú en Ucrania será uno de los temas dominantes en la cumbre de la OTAN en Washington el mes próximo, entre advertencias de que lo que ocurre en Asia tiene un impacto en el Viejo Continente.