Cuando Susana Cuesta se despertó el domingo, en su casa del centro de la ciudad de Pinar del Río aún no había llegado la luz. Luego supo que no se trataba solo de su barrio, sino de casi toda Cuba, que permanece desde el mediodía del viernes sumergida en un apagón nacional que las autoridades no han logrado restablecer. “Tengo mucho miedo, incertidumbre, impotencia… No sé a dónde vamos a parar”, relata Cuesta por mensaje. “Mi refrigerador se terminó de descongelar completamente. Se me echó a perder la leche de las niñas y ahora estoy cocinando muslos y contramuslos de pollo y unos bistecs de cerdo para que me duren un poquito más y no se pudran”.