Los gobiernos británico y francés se han visto obligados a mantener la coherencia de su discurso y evitar a la vez un enfrentamiento directo con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Tanto el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se han felicitado por la decisión de Joe Biden, al frente de la Casa Blanca hasta el 20 de enero, de permitir que Ucrania utilice los misiles estadounidenses ATACMS contra territorio ruso. Además, Macron y, en menor medida Starmer, han dado señales de que están dispuestos a seguir el ejemplo de Biden y aumentar el compromiso militar con Kiev.