Ariel Henry, el hombre que se puso al frente de Haití tras el asesinato de Jovenel Moïse en 2021, y que se vio obligado a dimitir en marzo en medio de una ola de violencia de la pandillas y la presión internacional, se enfrenta ahora a lo que los haitianos llaman la soledad del kanpe lwen (estar lejos en el exilio). El ex primer ministro que se había aferrado al poder quedó varado en Puerto Rico por la amenaza de las bandas criminales y desde entonces no ha podido volver a casa.