Las encuestas no terminan de dar un favorito claro en las presidenciales estadounidenses del próximo 5 de noviembre. Los últimos sondeos publicados muestran que las elecciones están igualadas incluso en el voto popular. Ese es un escenario que, en principio ―aunque no necesariamente―, favorece a Donald Trump. En 2016, el republicano fue elegido presidente a pesar de que Hillary Clinton logró casi tres millones de votos más (48,0% frente a 45,9%). En 2020, Joe Biden ganó por siete millones de votos, pero habría bastado que apenas 22.000 personas distribuidas en tres Estados (Georgia, Arizona y Wisconsin) hubieran votado por Trump en lugar de Biden para que el republicano hubiera seguido en la Casa Blanca.