En una decisión de consecuencias impredecibles, el ejército israelí ha intentado este viernes asesinar al máximo líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, con el lanzamiento de bombas de hasta una tonelada en edificios residenciales, según coinciden los medios israelíes. En torno a las 18.00 hora local (17.00 hora peninsular española), aviones F-35 han lanzado al menos ocho proyectiles, que han dejado en escombros cuatro edificios en Dahiye, el feudo de Hezbolá al sur de Beirut, justo tras el beligerante discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Una gran nube de humo se elevó entonces sobre los suburbios de la capital y, unos minutos más tarde, las Fuerzas Armadas de Israel han reconocido un ataque contra “la sede principal” de Hezbolá, que estaba “situada bajo edificios residenciales” en Dahiye. La agencia oficial iraní, Tasnim, asegura que Nasralá está a salvo. La milicia no se ha pronunciado aún al respecto.