El ejército israelí ha lanzado esta medianoche uno de sus bombardeos más potentes en Dahiye, el suburbio chií al sur de Beirut, en el que mató en las últimas semanas al líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, y a la mayoría de la cúpula militar. Las explosiones hicieron vibrar los cristales incluso a tres kilómetros del objetivo, con una intensidad que recuerda a la del asesinato de Nasralá, con bombas de hasta una tonelada capaces de penetrar búnkeres subterráneos. Poco después, dos fuentes israelíes señalaron al medio Axios que el objetivo era el previsible sucesor, de Nasralá, Hashem Safieddine, quien supuestamente estaba reunido con otros altos responsables de la organización. Ni Israel ni Hezbolá se han pronunciado sobre el asunto ni han informado del estado de Safieddine.