Kamala Harris pronunció este jueves en Chicago el discurso más importante de su vida. Para la vicepresidenta de Estados Unidos, a la sombra de Joe Biden durante los últimos cuatro años, era su gran noche. La aceptación de la candidatura demócrata a la presidencia le daba la oportunidad de surfear la ola de entusiasmo que ha levantado en apenas en un mes y presentarse a los estadounidenses como la persona apropiada para dirigir el país. Harris lanzó un llamamiento a la unidad y prometió ser una presidenta para todos los estadounidenses en un eufórico cierre de la convención demócrata que pone por primera vez la Casa Blanca al alcance de una mujer negra y de origen asiático. Al tiempo, advirtió de los riesgos que implicaría que su rival, Donald Trump, recuperara el poder.