La crisis venezolana entra en un callejón desconocido, incluso para el país caribeño. La ausencia de resultados oficiales verificables una semana después de las muy concurridas elecciones presidenciales del 28 de julio ha abierto la compuerta para que el chavismo muestre su lado más represivo en medio de sospechas de fraude. La oposición se defiende como puede, con su fortaleza organizativa mermada ante la persecución que está sufriendo. Al publicar en Internet las actas que lograron reunir sus testigos, un elemento clave en esta historia, el mundo entero, desde periodistas, expertos en datos, observadores internacionales como el Centro Carter, han hecho análisis propios que ponen en duda el veredicto del Consejo Nacional Electoral (CNE) que dio por ganador a Nicolás Maduro.