La debacle sufrida por la oposición en las elecciones mexicanas del 2 de junio ha dejado al partido conservador Acción Nacional (PAN) sumido en un pasmo del que no se recupera y al que reclaman con urgencia un líder y un programa político que puedan amalgamar las tendencias de derecha en el país. De otro modo, existe el riesgo de que la ideología ultra se escape del pelotón en solitario, como ha pasado en otros países. Será complicado en México, por sus características históricas y las dificultades burocráticas para montar un partido, pero no faltan candidatos que en los últimos tiempos esgrimen los conocidos lemas por la familia, la seguridad, la vida y los valores cristianos. El camino está allanado.