Los ataques de Israel contra miembros de la milicia Hezbolá, que este viernes se han intensificado con un bombardeo en Beirut en el que han muerto un alto mando de la milicia-partido chií pro iraní y otras 13 personas, colocan en una posición delicada a Estados Unidos y su diplomacia. A poco más de seis semanas para sus elecciones presidenciales, el principal aliado de Israel trata frenéticamente de evitar que la guerra en Gaza pueda extenderse a un segundo foco en la frontera entre Israel y el sur del Líbano. La Casa Blanca insiste en que el “mejor camino” para resolver el conflicto es llegar a un acuerdo de alto el fuego e intercambio de rehenes en la Franja, aunque siguen sin producirse avances para ello.