Por ahora todo es imaginario. “La mayor deportación de la historia”, la repetida promesa de Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, es un escenario nebuloso, un hipotético sin precedentes ni explicaciones sobre cómo se llevaría a cabo. De todas formas, un 54% de los votantes del país lo apoya. Sin ofrecer pruebas, Trump repite en mitines o entrevistas que, aunque la cifra oficial más reciente indica que hay, incluyendo menores, unos 11 millones de inmigrantes sin papeles en el país, él cree que el número es más cercano a los 15 o 20 millones. También dice que la expulsión de inmigrantes empezaría el primer día de su segunda presidencia, si gana.