Un avión brasileño con 62 personas a bordo, incluidos cuatro tripulantes, que despegó de Cascavel, en el Estado de Paraná, y volaba con destino al aeropuerto internacional de Guarulhos, en las afueras de São Paulo, ha caído en picado este viernes sobre una zona residencial de la ciudad de Vinhedo. No hay supervivientes, según una nota oficial del Ayuntamiento de una ciudad vecina, Valinhos, citada por la prensa brasileña. El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, también los ha dado a todos por muertos al pedir un minuto de silencio en el acto en el que participaba.