El suministro de electricidad se va recuperando paulatinamente en Venezuela tras el apagón que se produjo el viernes por la mañana, que afectó al 90% del país y provocó colas en gasolineras, caos en los hospitales e imágenes de ciudadanos agrupándose en determinados sitios para cargar sus teléfonos móviles. El presidente del país, Nicolás Maduro, culpó a la oposición del “criminal” corte de suministro. El presidente venezolano ha revelado que las autoridades están investigando el presunto ataque a la central hidroélectrica de Guri, pero ha afirmado que “los sistemas de protección tecnológicos construidos hace cuatro años [tras los apagones de 2019] han funcionado. Ahora vamos normalizando y regularizando el servicio”, ha celebrado. Pasado el mediodía en Venezuela, la electricidad había vuelto a algunas de las principales ciudades del país, como Caracas, Maracaibo (oeste), Valencia (centro) o Puerto Ordaz (este). No obstante, en muchos puntos el suministro era intermitente. El 90% de Venezuela se quedó sin luz en la madrugada de este viernes en lo que el Gobierno calificó de sabotaje. Como ha ocurrido en otras ocasiones, el apagón se produce en un momento de elevada tensión política, en medio de la disputa entre el Gobierno y la oposición tras las elecciones presidenciales del 28 de julio. La Fiscalía venezolana, controlada por el chavismo, ha citado por tercera vez en menos de una semana a Edmundo González Urrutia, candidato opositor y amenaza con emitir una orden de detención. Se le acusa de difundir en una web las actas de la votación. El exrector del CNE Juan Carlos Delpino ha afirmado tras haber abandonado el país que está en condiciones de demostrar “que el hackeo puede no haberse producido nunca”. El ataque informático fue utilizado por el Gobierno para justificar los retrasos en el anuncio de los datos.