Otra vez los cerrojos de las prisiones del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo fueron abiertos de madrugada para excarcelar a presos políticos. Esta vez, al alba de este 5 de septiembre, 135 personas opositoras a la Administración sandinista –entre ello, religiosos evangélicos, laicos católicos, estudiantes y opositores– fueron sacados de sus celdas y conducidos hasta el aeropuerto internacional de Managua, donde un avión fletado por el Gobierno de Joe Biden y Kamala Harris estaba dispuesto para llevarlos a Guatemala a encontrar no sólo la libertad, sino el inicio de un destierro.