La inmigración ilegal es uno de los problemas que más preocupan a los estadounidenses. Se ha convertido, también, en el argumento estrella de la campaña de Donald Trump para volver a la Casa Blanca. Trump ya usó con éxito la inmigración como eje de su campaña en 2016, pero tras el récord de cruces fronterizos del mandato de Joe Biden, ha redoblado su apuesta. Mientras mantiene su retórica xenófoba y autoritaria, los republicanos han rechazado la semana pasada por segunda vez en el Senado una ley para reforzar la frontera. A menos de seis meses de las elecciones, prefieren cabalgar a lomos del problema que poner medios para solucionarlo.