Un fallo humano desencadenó ayer una crisis que afectó a multitud de países. Se cancelaron vuelos, fallaron los sistemas en los hospitales, dejaron de funcionar temporalmente medios de pago digitales, se interrumpió el servicio de algunas infraestructuras críticas y se paralizó el trabajo en muchas oficinas. Todo porque una actualización de Falcon, el antivirus estrella de la firma estadounidense de ciberseguridad CrowdStrike, incorporaba un error de código que hacía colapsar los ordenadores que usan el sistema operativo Windows, de Microsoft, el más extendido entre las empresas.